Balance agridulce tras un año de acuerdo de teletrabajo en ADIF

El pasado 22 de junio se celebró la octava reunión de la comisión de seguimiento del teletrabajo de ADIF. Estas reuniones comenzaron hace un año, tras la firma del acuerdo de teletrabajo por parte del resto de sindicatos y el rechazo de CGT, por considerar que el requisito de un año de antigüedad en el puesto suponía una discriminación para el personal de nuevo ingreso y el personal que participara en convocatorias de movilidad y por considerar también que el acuerdo no ofrecía suficientes garantías para evitar que la dirección de la empresa siguiera con su estilo de dirección de cortijos, donde no rigen normas de aplicación general con criterios públicos y objetivos  sino la preferencia personal de cada director o subdirector.

Un año después, podemos hacer un primer balance de este proceso, desde el respeto al resto de sindicatos que defienden otras opciones, y reconociendo los elementos positivos de sus actuaciones, que también existen.

Hoy, según los datos facilitados por la empresa, la dirección reconoce el derecho al teletrabajo en 2.079 puestos, un derecho que están ya ejerciendo 1.094 compañeros y compañeras.

Esto es un avance sustancial respecto a la situación inicial, y consideramos que es justo reconocerlo. Sin embargo, este avance no ha sido un regalo de la dirección de la empresa, ha sido fruto de la presión de los sindicatos y de la plantilla. Todos y cada uno de los avances en teletrabajo se han conseguido convocando movilizaciones por parte de todos los sindicatos, tanto los que han firmado el acuerdo como los que no lo hemos hecho.

En la primavera de 2021, la empresa se negaba a firmar ningún acuerdo, y solo aceptó firmar un acuerdo de mínimos cuando los sindicatos anunciamos movilizaciones. Finalmente, en junio de 2021, el acuerdo fue de mínimos, y CGT no lo firmó. Consideramos que teníamos que haber seguido movilizándonos hasta lograr un acuerdo de teletrabajo sin discriminaciones y con más garantías. La mayoría de los sindicatos valoraron que era mejor firmar, y nosotras lo respetamos.

A partir de la firma, la actuación de CGT no se dirigió a bloquear el acuerdo que no habíamos firmado sino que reconocimos los avances parciales conseguidos y nuestro trabajo se orientó a participar en las reuniones para contribuir a que la empresa cumpliera el acuerdo y lo hiciera de la forma más beneficiosa para la plantilla.

Pero claro, en cuanto pararon las movilizaciones, la empresa se volvió a crecer y bloqueó el acuerdo, y ni siquiera cumplió lo que había firmado.

Desde junio hasta noviembre de 2021 la empresa no aplicó el acuerdo y desde CGT les propusimos al resto de sindicatos una movilización unitaria para que la empresa como mínimo cumpliera lo que había firmado.

Hasta que no nos movilizamos en diciembre, la empresa siguió tomándonos el pelo en las reuniones, con argumentos estrambóticos.

En cuanto nos movilizamos en diciembre, la empresa aceptó poner en marcha el acuerdo, que empezó a aplicarse en marzo de 2022.

En cuanto dejamos de movilizarnos, la empresa volvió a interpretar lo firmado de forma restrictiva e incluso a incumplir el acuerdo.

Y así hemos llegado hasta aquí. A día de hoy, la empresa sigue incumpliendo incluso el acuerdo de mínimos que firmó hace un año.  De nuevo, las reuniones de seguimiento se limitan a intercambio de información y no se desarrolla nada ni se negocia nada.

No hay derecho al teletrabajo basado en criterios públicos y objetivos. Hay un sistema de cortijos en el que dependiendo de la voluntad de cada director y subdirector, puede haber derecho al teletrabajo o no.

Los tres días de teletrabajo semanal que establece el acuerdo como criterio general, se cumplen solo en algunas áreas, mientras que en otras se aplica la ley del capricho de la dirección.

Este sistema de cortijos no solo es perjudicial para los derechos laborales. Además, es impropio de una empresa pública y perjudica el desempeño del trabajo. A algunos directivos de ADIF les importa más su preferencia personal que el servicio público ferroviario que prestamos.

Ciertamente, las personas trabajadoras a quienes se niega el derecho al teletrabajo o se le recortan los días que pueden trabajar en esta modalidad, siempre pueden denunciar en el juzgado. Desde CGT apoyamos esta vía de actuación, a la que ya nos hemos visto obligados a recurrir, con buenos resultados hasta el momento.

Sin embargo, como sindicato, nos hubiera gustado que entre todos los sindicatos hubiéramos presionado más a la empresa, hasta que aceptara un sistema de teletrabajo justo, sin discriminaciones y sin cortijos. Así no tendríamos que que recurrir al juzgado para que se respeten nuestros derechos.

Este es nuestro modelo sindical: solo presionando se consiguen avances en la negociación. Cuando dejamos de movilizarnos, nos recortan los derechos.

Con este planteamiento hemos participado en el desarrollo del teletrabajo en ADIF, respetando desde la discrepancia las posiciones del resto de sindicatos, y tratando de ser constructivos y no descalificar al resto, porque ni tenemos todas las soluciones, ni tenemos toda la razón.

Lo que sí tenemos es la voluntad de animar a la participación y a la movilización para avanzar en derechos y la voluntad de que nuestra acción sindical sea lo más constructiva posible, tanto cuando firmamos acuerdos como cuando no los firmamos, como ha sido el caso del acuerdo del teletrabajo en ADIF.

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Diego
28 de julio de 2022 22:15

Hola! Existe algun modo de saber cuáles son los puestos con reconocido derecho al teletrabajo? O cuáles son las áreas en las que si se está aplicando de forma más generalizada el acuerdo de teletrabajo? Gracias

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